sábado, 13 de febrero de 2016

Por el Campeonato Barrial

Por el Campeonato Barrial

Se jugaba el partido por el Campeonato Barrial, los jugadores estaban listos. eran las 3 de la tarde y hacía mucho calor, pero no importaba, había que jugar el partido si o si, ya habían quedado con los pibes del otro lado de Beiro que les iban a dar su revancha, en la canchita, eran los años 70,  las canchas de fútbol eran, el potrero o la calle, Ellos tenían la suya en el Pasaje Echeverría entre Moliere y Víctor Hugo, ni bien llegaron armaron los arcos, una remera roja y una verde, para los pibes del barrio, una remera azul y una negra para los pibes del otro barrio.

Ningún pibe faltaba al partido, aunque no jugara, el campeonato barrial no se suspendía por nada  y menos cuando era una revancha por el honor de los pibes del barrio, a veces las chicas salían a escondidas de las madres a ver jugar a los chicos, aunque el calor fuera abrazador, pero si en el equipo estaba el chico que te gustaba, hacían lo que fuera, para verlo jugar.

El partido comenzó, llevaban unos minutos jugando cuando uno de los pibes grita -PENAL!!!-, todos se juntaron a discutir si fue penal, que no fue, que...  y justo cuando iban a patear, uno de los chicos grita -AUTO!!!-.  por unos minutos se paró el partido, por ahí un patrullero recorría el barrio, los miraba y sigue su camino por el barrio, aunque los pibes sabían que volvería en 15 minutos, mientras tanto el partido se había reanudado y la pelota seguía esquivando los arcos rojo-verde, azul-negro, en eso se escucha -DEJEN PASAR A LA SEÑORA!!!- y otra vez el partido se detenía, eran las únicas detenciones permitidas, eran las reglas de la calle y esas reglas se respetan, se vuelve a reanudar el partido, cuando los pibes del barrio gritan -GOOOOOOLLLLLLL!!!-,  se unieron en saltos y abrazos, y no faltó la vecina que salió a la vereda con el batón mal abrochado y los hizo callar, los mandó a cada uno a su casa, y le dijo a Carlitos -Voy a hablar con tu Papá-, Carlitos agacho la cabeza, y no dijo nada hasta que la vecina entró a la casa.

Nada importaba, nada de eso iba a detener el partido por el Campeonato Barrial, otro tiro penal, se iba a ejecutar, el arquero estaba preparado, el pibe del otro barrio patea la pelota, con tan mala puntería que entra en una casa, ahora si el partido estaba detenido y no sabían por cuánto tiempo, había que ir a pedir la pelota, primero debían resolver quien lo hacía, hasta que el elegido, era el que pateo la pelota, además era del otro barrio.

Había que tomar coraje, golpear la puerta, nada de timbre, y esperar, volver a intentar y seguir esperando, y cuando la espera se hacía larga, no quedaba otra que trepar por la tapia y gritar -¡SEÑORA LA PELOTA!!!!-. nadie contestaba, mientras el partido seguía suspendido, nuevamente se escuchaba -¡SEÑORA LA PELOTA!!!!- hasta que después de tanto esperar, el partido por el Campeonato Barrial se daba por finalizado, Ella era la única que tenía el poder de suspender el partido, al menos por ese día.

Stella Maris Leone Geraci

Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora



miércoles, 3 de febrero de 2016

El viaje

El viaje

Se levantó temprano, tenía un viaje de trabajo, iría y volvería en el día, se termino de vestir, llamo un taxi, miro al amor de su vida dormir, le dio un beso en la mejilla, tomó el ascensor para  esperar el taxi que había pedido por teléfono-.

Llegó al aeropuerto, hizo el Check In, se dispuso a esperar a que llamaran para abordar su vuelo, cuando subió al avión se acomodo, para poder ver a través de la ventanilla, siempre pide ventanilla, le gusta ver la tierra desde el cielo, le gusta ver las nubes de cerca y recordar cuando de niño las hacía con algodón en los dibujos del colegio, nada se comparaba con esa sensación, así que las dos horas de vuelo eran tan cortas, pero tendría su revancha, cuando regresara a casa.

Al llegar a destino, se instaló en el hotel, preparó todo para su presentación, tomó el teléfono, llamó a casa, al celular, nadie respondía, pensó ya es tarde, y si no me apuro yo también voy a llegar tarde. Ya estaba en las oficinas de la empresa, hizo su presentación, luego habló con los directivos, los empleados, fue a almorzar con el dueño de la empresa, por la tarde recorrió las instalaciones, hasta que volvió al hotel.

Intentó comunicarse con su casa, pero la señal del celular había estado caída todo el día, así que se dejo fluir como dicen, sólo esperaba llegar junto a su amor, mientras estaba en el aeropuerto anuncian que el vuelo iba  a tener una demora de dos horas, la señal del celular seguía caída, imagino que en casa se habrían dado cuenta que no podía comunicarse, fue a tomar un café y comenzó a revisar los papeles del día, a escribir algunos borradores, para adelantar el trabajo, hasta que por las pantallas anuncian que podía abordar el avión.

El vuelo fue tranquilo, era una noche estrellada, con cielo azul profundo, mientras miraba por la ventanilla podía ver la tierra, donde por momentos los puntos de luz eran tantos, que tenía la sensación que eran como una gran constelación, una vía láctea de pequeñas luces una al lado de otras agrupadas, sólo que era  en la tierra y no en el universo, imaginaba como sería la vida en cada ciudad por la que el avión pasaba, cuando escucha el anuncio que ya iban a aterrizar, faltaba poco para llegar.

Esperar el equipaje le llevó una hora, busco un taxi y se dirigió a casa, le toco esos taxistas que hablan sin parar, que el gobierno, que el tránsito, que el clima, que la ciudad, que la violencia, que ahora también hacía algunos turnos por la noche, y así fue todo el viaje, hasta que, llego a casa.

Afuera lo esperaba un amigo, lo abrazo, y con una sonrisa en los labios le dijo -¿Qué haces a esta hora acá?-, eran casi las 12 de la noche, su amigo lo miró y le dijo -Necesito que me acompañes a un lugar, ahora-, subieron al auto de su amigo, el viaje fue en total silencio, cuando llegaron, le pidieron que reconociera el cadáver, sólo podía hacerlo un familiar directo, cuando lo descubrieron ahí estaba, era su gran amor, no entendía que había pasado, miró a su  amigo, al enfermero, al oficial de guardia y preguntó -¿Qué paso?-, el oficial de guardia le pregunto -¿Cuál es su relación familiar?, le respondió –Él, es mi esposo-.

Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora